31 jul 2007

¿Qué es un amante?





Qué es un amante?

El mejor compañero, con el que realmente sientes que encajas, del que confías, con el que te ríes, con el que ambos luchan para que la rutina no acabe con la pareja, con el que a pesar de ser muy diferentes, puedes compartir cosas, que no luchas por un final sino por el día a día, convertir a tu compañero como el amante más grande es un luchar por alguien que quieres de verdad, alguien por el que merece mantener una relación, donde hay picardía, juego, momentos tranquilos, con el que desees hablar de “tu” problema, qué aunque no esté de acuerdo contigo, primero te escuche y sepa ponerse en tu lugar... con quien ir a la ópera o algún sito que no sea lo normal, mirarle mientras te habla, acurrucarte cuando tienes frío a su lado, podría decir tantas cosas...compartir...saber que tu estás ahí y él tb lo está, que te haga sentirte no importante, pero si te haga sentirte alguna vez interesante. Es quien ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno, o te ves con una sonrisa, y te sientes sorprendida con el que te cruzas en la calle. Lo que nos hace ver que la vida tiene motivación , sentido e ilusión que te valore, que crea en ti y tú en él , lo que merece la pena vivir, algo que te hace sentirte viva, algo que merece ser vivido y lo más grande tener la posibilidad de poder vivirlo.
Nada que ver con una relación esporádica de vez en cuando que conlleva un regalo y un polvo apasionado...
Hay gente que es amante de la música, del arte, de muchas cosas... a estás personas no se les cataloga por ser el de segundo plato ... quisiera que se me entendiera la intensidad de lo que es un amante para mi.



Amante es: "Lo que nos apasiona".

26 jul 2007

me la enviaron...se que con todo el cariño del mundo




Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma...

Y uno aprende,
que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender....

Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos...

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes,
y los futuros tienen
una forma de caerse en la mitad....

Y después de un tiempo,
uno aprende que sí es demasiado
hasta el calorcito del sol quema,

Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma
en lugar de esperar
a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente
puede aguantar
que uno realmente es fuerte
que uno realmente vale.....

Y uno aprende y aprende....
y con cada día, uno aprende....
(Jorge Luís Borges)
gracias guapísima...muxu


Duda
Tengo 1 relación extrañísima con casi todos los hombres de mi vida, los quiero muchísimo, ¿eso es normal? Me siento querida, me arropan... son mis mejores amigos. Tampoco son tantos, pero es eso, se acabó algo con ellos para dejar nacer algo bonito de verdad. En fin, lo que sea, que los quiero.
( Una pregunta en el aire de una amiga)
Quién dicta que sólo se puede querer a un hombre o a una mujer ? Siempre he pensado que cada relación es diferente, y en cada una de ellas buenas o malas... de todas obtienes algo, y en cada una tú eres diferente ...cada contacto es algo nuevo. Que puedas quererles mucho no es malo no? y ellos te quieren a ti... lo malo es cuando te enamoras ... ahí todo cambia. Recuerdo que un día le dije a mi madre, ama por qué no puedo, por qué no me dejan tener a más de una persona? si cada uno te da algo diferente... por qué no pueden ser complementarios? si cada uno tiene algo especial que el otro no tiene.. mi madre que ya me conoce y ya ni se espanta... me decía que razón tienes...lo malo es que, quienes no lo permiten son ellos... nadie aceptaría esa libertad...que en muchos casos es tachado de libertinaje, y yo le decía no me refiero a sexo... le aclaraba, uno puede ser un refugio, el otro quien te hace vibrar, otro un amigo fiel, y asi... muchos jajja, Yo siempre he pensado que una mujer no puede morirse sin saber que es un amor platónico, un marido y un amante ( el amante no solo me refiero a sexo eh? ) me refiero a lo que conlleva la palabra amante.
Así que acepta todo lo que te den, porque es evidente que quien te quiere bien...no desprecies a ni uno, ya que cada uno es enriquecedor ... eso sí, desde la sinceridad ( más que nada para no liarla). ( esto es metafísica? jajjaja ) ahora me espero que me digan..y tu aceptarías? y yo digo ...siempre que esten las cosas claras si... recuerdo a mi ex y una amiga mía y suya claro...se que se quieren, se que se querían mucho y yo nunca me sentí mal. ( eramos los tres amigos de la infancia...) Ah! y poder terminar algo con alguien para que salgo algo bonito eso no lo consigue cualquiera. Te lo aseguro ;-)

25 jul 2007



Hoy me hubiera gustado estar aki un ratito, contemplar el paisaje, ese olor a salitre, sentir el calorcito del sol, solo mirar al horizonte, volar en mi nube...no hubiera hecho nada, solo limitarme a pensar, recordar..hasta alguna sonrisa se hubiera marcado en mis labios, estoy segura...respirar ondo...y lo que me hubiera encantado, qué es algo que aún no he hecho, pero se que un día llegará, escribir un mensaje en una botella.. y me planteo a dónde iría a parar?...la vería alguién?..y si alguien la coge qué haría?...lo que ocurre es que no se qué pondría en estos momentos...quizá porque no se a quién iría dirigida... pero sin pensar en quien la encuentre...escribiria:

El corazón puede escuchar

mejor que los oidos


te vas dejado todo por ahí... te das cuenta? tas hoy olvidadiza, menos mal que aquí
la menda sabía que era tuyo... te lo guardo ok?

24 jul 2007

COMUNICARSE





- Estoy desconcertada, tengo la sensación de estar alejándome de la gente.

- Qué te hace pensar en eso?

- Me reuní con una amiga a la que le tengo mucho cariño. Me ilusionaba volver a verla, pero después de nuestro encuentro volví a casa con una enorme sensación de vacío. Me di cuenta de que nuestra relación estaba llegando a una vía muerta.

- Y eso?

- Se trata de Susana, mi gran amiga de la infancia, de niñas eramos inseparables. Cuando nos licenciamos, cada una siguió su camino, pero siempre hemos mantenido un estrecho contacto. Sin embargo, a medida que ha ido pasando el tiempo, la relación se ha ido enfriando. Ayer, por fin, nos encontramos después de meses sin vernos. Pasamos más de dos horas juntas, hablando sin parar.

- Hablasteis de vosotras?

- no, no lo hicimos, creo que nuestra conversación fue un intento de rellenar nuestro silencio. No hablamos de nada que nos saliera de dentro. Charlamos pero no compartimos ni un solo sentimiento.

Aquí tienes la clave. Vuestra comunicación ha perdido profundidad, piensa que toda comunicación se desarrolla en cinco niveles, el 1º consiste en hablar de cosas, aki no hay comunicación, el 2º en hablar de los otros, damos opiniones pero no ofrecemos nada personal, el 3º nivelconsiste en hablar de mí mismo, es cuando comienza a haber algo de intercambio, en el 4º me atrevo a hablar de mis sentimientos. Es una comunicación constructiva pero unidireccional y el 5º consiste en hablar de nuestros sentimientos, mutuamente, con una expresión dual.

- Qué puedo hacer?

- Qué harías si entrara ahora Susana por la puerta ?

La llamada






Toc, toc. Ahora abro la puertaaa!!! Soy la Felicidad. ¿Qué quiere?, le pregunto impaciente. La Felicidad no dice nada. Me mira y sonríe. Espera.

- Oiga, perdone, pero soy una persona muy ocupada. No me vuelvas a molestar.


Sin hacerle ningún caso, cierro la puerta en sus narices y continúo trabajando.

Me sucedio ayer. Más tarde, en uno de esos escasos momentos de lucidez, me di cuenta.

Como tantas otras veces, me llevé las manos a la cabeza: ¡ Seré imbecil! Pero lo peor es que volveré a caer en la misma imbecilidad hoy, mañana, pasado.


Y es que somos así. Vivimos así. Entre obligaciones, rutinas y prisas se nos va la vida, y parece que nunca tengamos tiempo para escuchar la llamada de la Felicidad, quien dice Felicidad digo yo que puede ser un amig@, alguien que está ahí...

21 jul 2007

Creer en el poder del esfuerzo (2ª parte)



El pesimista presupone que nada de lo que realice mejorará la situación. Entonces no hace, no crea, no construye o por lo menos no pone la energía que la tarea necesita para que resulte eficaz.


Por hábito o por educación, el pesimista ha desarrollado una particular inclinación a interpretar negativamente y oscuramente los acontecimientos externos, despreciando los logros y avances y centrándose únicamente en los conflictos, en las dificultades y en las pérdidas. Sin ninguna intención de revisar sus prejuicios, el pesimista ya ha decidido "que no hay nada que hacer" , descarta cualquier punto de vista constructivo, aunque venga de la mano de quienes le quieren bien.

mis mejores deseos ... y sabes que lo digo sintiéndolo...porque yo sí creí en tí.

Creer en el poder del esfuerzo




El origen latino de "optimismo", una palabra que no nos remite al resultado ideal sino a obtener el mejor resultado ideal, sino a obtener el mejor resultado dentro de los posibles. "Optimismo" tb se deriva de opus que se podría traducir como obra, tarea o trabajo.

En este sentido, optimista es toda aquella persona, grupo o sociedad que cree, sabe y apoya en la idea de que debe trabajar sobre la realidad para conseguir de ella el mejor resultado posible. En resumen, es alguien que tiene la certeza de que todavía queda trabajo por hacer y que vale la pena abocarse a él con entusiasmo.


Los optimistas prevén resultados favorables, no apoyados en una especie de magica resolución esponténea de los problemas o dificultades. sino basandose en su personal mirada positiva y en una desdramatizada interpretación de los hechos externos.

Los optimistas auténticos realizan una evaluación realista de las amenazas, así como de las oportunidades. A ello suman una confianza inalterable en los propios recursos, en la efectividad de sus acciones y en la ayuda que se puede dar y recibir. Además llevan a cabo todo ello sincronizando sus esfuerzos con el de las otras personas.


En cambio el pesimista.... ( continuaré)



No todo resbalón
Significa una caída

La regla del oso




La regla del oso, primero la "o" de Obtener que se refiere intentar conseguir por todos los medios lo que se desea. A continuación la "s" sustituir, cambiar el deseo si vemos que es imposible. Finalmente la "o" de olvidar si no lo conseguimos. Pero ¿ Cómo saber cuál es el momento de pasar de la "o" a la "s".


La idea general es saber que de nada sirve la idiotez de quedarse "pegado" a lo que tú ya sabes que es imposible. Está claro que esta decisión solamente la puedes tomar tú. Pero pocas personas creen que algo es imposible, no se quejan de no poder conseguirlo, no viven anclados en la queja, lamentándose. Creen que lo conseguirán, necesitan creer hasta darse de tortas una y otra vez.


Debemos estar alerta de buscar en otros lugares lo que aquí no encuentras. La regla también nos dice que conviene dejar atrás lo que ya no está, para poder encontrarse con lo nuevo

15 jul 2007

Los Consejos de Tía Grace


El día en que nos mudamos de casa toqué fondo. Tener que despedirme de mis amigos y de la casa que amaba era como arrancar el capítulo más feliz de mi vida. Después, en lo que mi recién adquirido esposo llamaba “Nuestro Nuevo Hogar” (que para mí ni era nuevo ni mucho menos un hogar), me sentí tan deprimida que casi me pasó desapercibida una libreta con tapas de piel que encontré mientras sacaba cosas de un viejo baúl.Sin embargo, algo me incitó a echarle un vistazo. En la cubierta, escrito con letras doradas de estilo victoriano, se leía:


“Mi Diario”


En cuanto abrí la libreta, reconocí de inmediato el fino trazo de la letra de mi tía abuela Grace. La tía Grace, que había vivido con nosotros cuando yo era una niña, pertenecía a una especie de mujer ya desaparecida en nuestros días: la dulce solterona sin oficio ni beneficio obligada a vivir con sus parientes. Además, los astros parecían haberse confabulado en su contra: era poco agraciada, pobre y tenía una salud muy delicada. Sin embargo, una de las cosas que más recodaba de ella era su inagotable alegría. Además de no quejarse nunca, jamás perdió su amable sonrisa. “Grace siempre ve el lado bueno de las cosas", solía decir la gente de ella.
Con curiosidad, me senté sobre la alfombra enrollada para leer su diario. La primera entrada databa del año 1901; la última, de 1930 el año en el que murió. Al principio empecé a leerlo con indiferencia, pero poco a poco sus palabras me fascinaron:“Hace tres años que mi amado Ted murió en San Juan Hill. No hay día que no me invada la tristeza cuando pienso en él.
¿Conseguiré ser feliz algún día?”
¿Quién era Ted?, me pregunté sin dar crédito a lo que estaba leyendo. Yo pensaba que tía Grace siempre había sido la típica solterona, pero estaba equivoca. ¡ Tía Grace había tenido un amor correspondido ! Ávida por descubrir más facetas ocultas de mi tía, seguí leyendo: “Soy tan infeliz que me siento como en un pozo sin fondo. Aunque sé que debería estar alegre por tener una familia y vivir con ella, me vence la melancolía. Si las cosas no cambian voy a caer enferma. Y, puesto que mi citación no tiene visos de cambio, tendré que ser yo quien cambie.
Pero… ¿Cómo?
Tras muchas noches de insomnio, he decidido vivir siguiendo unas reglas. Mi intención es que se conviertan en un ejercicio diario. Ruego al cielo que mi plan me sirva para salir a flote de la sombría ciénaga del desespero que me asola. ¡ Tiene que funcionar!” La simplicidad de las seis reglas de tía Grace me asombró.Su plan consistía en esforzarse por:
1º Hacer algo por alguien.
2º Hacer algo por ella misma.
3º Hacer algo que le disgustara.
4º Hacer ejercicio físico.
5º Hacer ejercicio mental.
6º Rezar para dar gracias de cuanto tenía
En su diario, Grace explicaba que había decidido reducir las reglas a tan sólo seis por considerarlo un número más razonable y fácil de cumplir. He aquí algunas de las cosas que hizo y anotó en su diario.
~ Hacer algo por alguien: tía Grace compró tres huesos de ternera y verduras y preparó con ellos un sustancioso caldo que llevó a su amiga enferma
~ Hacer algo por ella misma: adornó un viejo sombrero azul con flores artificiales y un velo. El sombrero causó tal sensación en el vecindario que tía Grace consideró una buena inversión los treinta y cinco centavos gastados en el materia
l~ Hacer algo que le disgustara: sacó la ropa blanca del armario, lavó tres docenas de sábanas a mano, las tendió y después las dobló y las volvió a guardar en el armario con una bolsita de lavanda.
~ Hacer ejercicio físico: jugar a croquet e iba caminando al pueblo en lugar de ir en calesa.
~ Hacer ejercicio mental: leía cada día un capítulo de Casa desolada, la novela de Dickens “de la que todo el mundo habla últimamente”.
Para mi sorpresa, tía Grace había tenido problemas con la regla número seis. Rezar no le resultaba fácil. “En la iglesia no puedo concentrarme –escribió- Me distraigo mirando los sombreros. Sólo puedo rezar cuando me siento en la roca que domina el arroyo que riega nuestros pastos. Allí, a solas, pido al Señor que me ayude abrirme como una flor y le doy las gracias por tener una familia sin la que me sentiría sola y perdida”.
Cuando cerré el diario de tía Grace, consciente de que “la alegre tía Grace”, al igual que todos, también había luchado contra el lado oscuro de la vida se me llenaron los ojos de lágrimas. No obstante, la lección que se desprendía de sus sencillas pero sabias palabras me pasó desapercibida al principio. Yo era una mujer moderna y no necesitaba los consejos de alguien que pertenecía al pasado. Sin embargo, el tener que adaptarme a nuestra nueva vida no estuvo exento de dificultades.
Un día, desesperada y muy deprimida, me tumbé en la cama y con la mirada perdida me pregunté si debía intentar dar un voto de confianza a la fórmula de tía Grace. ¿ Podrían aquellas simples reglas ayudarme en aquel momento? ¿Debía seguir soportando mi particular pozo de miseria, o más bien poner en práctica la primera regla de tía Grace y hacer algo por alguien? ¿Qué podía perder si llamaba por teléfono a una vecina mía de ochenta y cinco años que estaba enferma y que vivía sola?Mientras decidía qué hacer , recordé una de las frases que había leído en el diario de la tía Grace:
“ Si quiero escapar de la tumba del yo, sólo yo puedo tomar la
iniciativa”.
“La Tumba del Yo”, me repetí a mí misma en voz alta.
Puesto que no estaba dispuesta a ser enterrada viva por mi propio ego, me levanté y marqué en el dial el número de teléfono de la señora Phillips, que para mi sorpresa me invitó a tomar una taza de té en su casa . Sin duda había sido un buen comienzo. La señora Phillips se mostró encantada de tener alguien con quien conversar. Mientras me ponía al día de toda sus dolencias, dijo algo que me llamó mucho la atención:
A veces, lo que más os aterra hacer es lo que de hecho
debemos hacer para deja de pensar en ello.
Mientras volvía casa, no pude evitar dar vueltas a la sabia reflexión de aquella anciana. A su manera la señora Phillips había reformulado a tercera regla de tía Grace: “Hace algo que me disgusta”. Desde que nos habíamos mudado, había evitado poner en orden mi escritorio. Sin embargo, en cuanto llegué a casa aquella tarde decidí poner manos a la obra. Al cabo de dos horas, todos los papeles apilados sobre la mesa acabaron clasificados en sus correspondiente carpetas dentro de un archivo o en a papelera. Tras colocar sobre el archivador una planta, sonreí con satisfacción.
Siguiendo los consejos de tía Grace y la señora Phillips , había conseguido hacer algo detestaba. Al principio, lo de “ hacer ejercicio físico” ni me resultó fácil ni gratificante. Aunque Asistí a clases de aerobic y traté de obligarme a correr cada día unos kilómetros para estar en forma, todos mis esfuerzos fueron en vano. “¿Qué hay de malo en caminar?”, me peguntó mi esposo, un buen día me planteó la posibilidad de pasear juntos cada mañana antes de desayunar. En cuanto lo probamos, descubrimos que caminar no sólo mejoraba nuestra forma física, sino que favorecía nuestra comunicación.
Al poner en práctica la segunda regla, “Hacer algo para mí misma” me superé con creces. Siguiendo lo consejos de tía Grace, decidí tomar un baño terapéutico.” Un baño es fundamental para relajarte- había escrito en su diario-. Sólo hay que mezclar esencias de limón fresco, mejorana dulce, menta, verbena, lavanda y geranio rosa. Después hay que hervir la hojas secas en agua durante quince minutos y, a continuación, vértelas en la bañera. Y por fin, sumergirse en el agua con los ojos cerrados sin pesar en nada”. La señora Phillips me proporcionó las hierbas de su jardín. Tal como indicaba la receta de tía Grace, prepárela mezcla , llené la bañera y dejé que todas las tensiones del día deshicieran en el agua ¡ Fue sensacional!
Tras vivir aquella gratificante experiencia, decidí cultivar plantas aromáticas en mi propio jardín y confeccionar saquitos de hierbas para regalar en Navidad. De pronto, haciendo algo para mi misma había conseguido también hacer algo para los demás.
“Hacer ejercicio mental” constituyó un verdadero reto para mí. Al principio no sabía qué hacer, pero casualmente cayó en mis mano un folleto de un cursillo de poesía organizado por la universidad local y, sin pensarlo dos veces, me inscribí. El profesor que lo impartía era un catedrático universitario jubilado que, cuando recitaba, lograba que la poesía cobrara vida. Cuando empezamos a leer a Emily Dickinson, mi mente órbita. La poesía de aquella mujer excepcional me cautivó hasta el punto de devorar en cuestión de días sus casi dos mil poemas. “Vivo en el mundo de lo posible” había escrito Emily. ¡Qué maravillosa y grande! A pesar de su edad, nuestro catedrático gozaba de una gran memoria y se me ocurrió que ejercitarla mía podía ser la forma en práctica la regla de tía Grace. Empecé con el poema “Soy Nadie. ¿Quién eres tú?” y, progresivamente, acabé memorizando poemas más largos y difíciles. Cómo disfrutaba recordando aquellos versos mientras hacía cola en el supermercado o en la consulta del médico!.
La última regla de la tía Grace fue, sin duda, la que más me ayudó. Desde entonces, cada día rezo una oración que concluyo siempre dando gracias al Señor. Escribir una oración no es fácil, sin embargo es una disculpa espiritual muy valiosa. No lo hago sentada en la roca sobre la que tía Grace solía meditar, sino en el silencio que se respira en la iglesia del pueblo, un lugar tranquilo en el que puedo escuchar con nitidez mi propia voz interior.
Desde que leí las seis reglas de tía Grace, no hay día en que no las ponga en práctica. A veces me basta escribir una carta u ordenar un cajón para descubrir que hacer algo, por insignificante que sea, llena mi espíritu de buenos sentimientos y me anima a seguir haciendo cada vez más cosas. No sé si existe una fórmula magistral capaz de enseñarnos cómo vivir, pero lo cierto. Es que, desde que empecé a vivir según los seis preceptos de tía Grace, me siento mucho más abierta y comprometida con los demás y, por consiguiente, menos encerrada en mí misma.
En lugar de vivir compadeciéndome, ahora lo hago recordando en todo momento la máxima de tía Grace:


“Florece allí donde estés plantada”

Nardi Reeder Campion

Reirse de una misma


Lo mejor sería reírme de estos momentos... os cuento ... me siento un poco perdida y la verdad no se que saldrá de esto, pero lo intentamos ok? hoy se ha convertido esto en quita, edita, nueva entrada ...si yo había puesto un video...dónde está? pues ni idea.. un desastre ..pero trasteando ya voy aclarándome ... para ver videos hasta el momento he puesto solo a Dire Straits si pincháis lo veis arriba .... hasta ahí bien...ahora, no se como ir metiendo más jajajjaja soy un desastre.. bueno ya me conocéis un poquito.. intentaré hasta reír...
Tisha muacksss gracias ...