21 oct 2007

“Ser” individualista



“Ser” individualista
Hoy paseábamos por Bilbo, le decía yo a “ella” :- fíjate en las caras que vienen de frente, claro precisamente con la persona que iba, lo de ponernor serias...pero bueno hemos hecho el intento de ver, de observar, en breve espacio de tiempo…te ves rodeada de gente, pero cada uno va a lo suyo.
Las personas que iban solas, ellas más que ellos, iban a paso ligero, llenas de bolsas, de tienda en tienda “suponemos” ( lo de suponemos entre comillas, que las suposiciones no dejan de caer en errores en muchísimas ocasiones) pero a lo que íbamos, caras serias, precipitadas, recuerdo dos o tres…una ha debido reparar en nuestra mirada, nos ha mirado, habrá pensado que la mirábamos por algo en concreto y que va!!! Le mirábamos los ojos, su expresión, sus andares, su falta de soltura, esa expresión corporal, ( vamos casi nada) sin el sabor de apreciar quien está a tu alrededor, un no saber disfrutar del paseo, esa sensación de ir a un sitio concreto con un fin concreto, porque no eres capaz de “hacer… “no hacer nada”…”. Que probablemente vayan a sus casa saquen sus cosas de las bolsas…y se acabo la salida…mañana domingo día de descanso.
Esto me ha hecho recordar cuando cogía el metro o ferrocarriles en barna, y siempre me he dicho:- qué perdida de tiempo, me explico, alguien que debe ir al trabajo, por ejemplo a las 9h, se ha de levantar por lo menos a las seis de la mañana para acudir a su trabajo, pero antes ha de hacer un recorrido de una hora u hora y media, claro está la vuelta es lo mismo con lo que pierde dos horas o tres de su vida para estar montado en un tren o un metro .
En ese transito, un día de esos que reparas a tu alrededor te das cuenta que entre el sitio de trabajo y el hogar, la mente de muchos de los viajeros no estaba ni en un sitio ni en otro pero tampoco en el metro, estaba en blanco. Uno de ellos estaba cerca de la puerta de salida, de pie, inmóvil. Su mirada estaba perdida y nada de lo que ocurría en el vagón tenía que ver con él.
Cuando paseas por la calle, porque vas a dónde sea, cabizbajo en el despertar de ésta primavera impaciente: despierta! Levanta la vista del suelo, cierra los ojos, mira el cielo y deja que el sol te de a la cara. Mira de frente de vez en cuando, y no dejes de “ver lo que miras.” A ti que conduces agobiado por el tráfico: abre la ventanilla y deja que te de el aire, y escucha música o la radio…
A ti que te sientas en un rincón del tren: sácate los auriculares de tu mp3 y escucha una conversación ajena (no deja de ser cotilleo , pero en ocasiones…hasta te miran por si das tu opinión).
Insistimos, y lo malo es que todos, “casi todos” estamos de acuerdo en que cada vez más, la gente tiene menos tiempo para reflexionar sobre su vida…
Por cierto un día en Barna con esta amiga, vimos un altercado, no se nos ocurrió otra cosa que...
bueno eso otro día...