15 ago 2007





Cuando encuentres a alguien

Y ese alguien hiciera que tu corazón dejara de funcionar por algunos
segundos,

Presta atención!!

Puede tratarse de la persona más importante de tu vida

“Yonkis del amor”

“Yonkis del amor”

“Yonkis del amor” Luís tenía un concepto de amor particular que no tiene nada que ver con la idea de una relación libre, sana, consensuada y mutuamente respetuosa entre dos personas. Sino con la de un enredo agotador y tormentoso que perjudicaba en principio su bienestar emocional. El amor al que se enganchaba Luís está adornado con las ilusiones de lo eterno. Sin poder ver que no hay amor eterno si no es contrariado, no hay pasión sin lucha. Nuestra Luís sufría.
A quien un gran amor apartó de toda la vida personal, empobreciéndolo y empobreciendo de paso a aquellos a quienes han elegido como objeto de su amor. Los que lo dan todo por amor tiene necesaria y paradójicamente el corazón seco, pues está apartado del mundo.
Se volvió adicto a las relaciones difíciles y se iba convirtiendo en pieza fácil para aquellas de “vampíras emocionales” en lugar de darse cuenta de que debía de huir de ese tipo de mujeres que nada le puede aportar. Seguía insistiendo en obtener de ellas algo de cariño. Tendía a ver el lado bueno de las cosas (racionalizaba) y no veía o no quería ver la manipulación ni los juegos de poder. De alguna forma siempre se había visto carente de afecto y se ha especializado a extraerlo de las personas difíciles. Las especialistas en hacer sufrir.
Luís vivía en un “sinvivir”, él ofrecía todo a cambio de casi nada, era feliz solo con una palabra bien dicha, con una mínima atención…con eso se sentía feliz, pero en breve sentía que no era suficiente, ya que realmente sus amores, no eran tal.
Y cuando no tenía pareja!!!!! Sacaba de él cómo por arte de magia todo un arsenal, de lo más variopinto para provoca la búsqueda desesperadamente en cuanto perdía una. De hecho, una de las principales quejas era que no “soportar la soledad” porque no sabía y no podía estar solo.
El sabía que la pasión y el deseo se acaban, que la vida en común es complicada e implica negociación constante, que la convivencia transforma irremediablemente el deseo salvaje en simple afecto.
Sabemos que el amor es una cosa, pero fantaseamos con otra: un amor eterno y único y permanente en el tiempo.
Consecuentemente el amor era el proyecto prioritario y sustancial, sientía que su existencia carece de sentido sin él. Le concedía a ese ideal de amor un papel vertebrador de su vida asignándole más tiempo y espacio imaginario y real que a sí mismos o a sus propias inquietudes. Olvidándose por completo de él.

Un día en una cafetería, tuvo por azar la suerte o desgracia para él, de encontrarse con una chica, que con cualquier excusa entabló conversación, la chica no tenía prisa, y Luís estaba a gusto, comenzaba a sentir que la conversación era agradable en ellos, había entre ellos gustos comunes, había una exposición de pintura, la verdad que Luís apreciaba el arte y vio una agradable posibilidad para volver a verla, hacía tiempo que Luís no hacía muchas cosas, no salía, le gustaba el cine, algún deporte que también abandonó…todo por estar al lado de “sus vampiras”, hasta entonces sus energías siempre las encaminaba por estar con su “ amor eterno” ( el de turno, se entiende). Podía tratarse de un buen inicio, hasta que comenzaron los primeras desilusiones, un día ella se fue un fin de semana, otro a otra exposición con su gente, no aceptaba la libertad de ella, porque la interpretaba cómo un abandono. Luís comenzaba a reclamar, no había duda que el mundo de las pasiones estaba compensado, y que en estos momentos el era su objeto de amor…pero ella, era una persona totalmente diferente a él, ella no se ataba, ella no creía en el amor eterno, y así se lo explicó, él muy decepcionado, y no llegaba a entenderle a ella, y era bien claro…ella sólo mantenía relaciones mientras duraba la pasión y la fase de enamoramiento, no soportaba las ataduras, no quería comprometerse…ella le intentaba ser sincera y explicárselo tal y cómo ella lo sentía. Ella le explico que desde su interior reconocía que tenía un problema, y era temor a comprometerse, de la misma forma, ella le explicaba, tu también tienes un problema, te falta compromiso contigo mismos. Padecemos del mismo mal,

Fue lo peor que le pudo pasar a Luís, toparse con su antítesis. Pero también pensó que ella tenía razón, y de hecho había sido sincera.