1 ene 2008

Ella sabe percibir




“… Vio a lo lejos una yegua, estaba apartada del grupo, pero en ese momento parecía estar con todos, él reparó, y presintió que era necesario saber si estaba domada o no, algo le hacía pensar que podía ser una buena yegua para ser atraída. Solo la curiosidad le atraía…hizo un intento de acercamiento, con lo que ella se percató, y le hacía alejarse del espacio en el que estaba, pero como buen animal percibía todo.

El a ratos, la observaba, en cuanto la yegua lo veía, se iba por su camino, escapándose de todo lazo y toda monta( le daba igual una clásica que una vaquera…) sabía que había una finalidad en aquellos ojos; y no sabía aun cual era.
Era una hembra, que sabía de intentos de doma, los cuales eran rechazados, era un buen objetivo, un tanto difícil, no se sabía en cuestión el por qué, en realidad nadie sabía cómo era, y si respondería adecuadamente, ni si quiera a un lazo.

Uno de los día, él intentó acercarse más a ella, los intentos fueron varios, sin buenos resultados, pero ese día la yegua, sin motivo aparente no escapó...ella veía un lazo largo, muy largo, solo para respetar espacios, pero con un solo fin, atraerla.

Ella jugaba, se acercaba y se iba, él sólo la observaba, y en un descuido de ella, se vio con un collar de esparto, no apretaba, no dañaba, pero ella desconfiaba, no quería verse atada, tampoco le disgustaba, pero le hacía sentirse extraña, percibía tacto y sensibilidad, también cómo sabía atraerla poco a poco, como recogía lazo disimuladamente para acortar distancias, y cómo manejaba tiempos exactos también con tacto. Ella siente el acortar lazo, se deja acercar.

Un día, su instructor de lazo quiso enseñarle, que hay que acercarse, pero si se acerca pueden dañarla, es que hay una diferencia enorme en nuestra yegua, el bloqueo y en el empacarse, a veces se bloquea porque recibe dos mensajes contradictorios o simplemente porque no sabe qué se le pide y se queda inmovilizada…retomando sus pasos… toma distancia…”

Recuerdo este verano a "Rubia" una yegua preciosa, con crines muy claras, siempre intentaba estar alejada de la manada, estaba recien incorporada, había sido enseñada en una escuela de equitación, muy mimada por su dueño, no se por qué razón, pero se deshizo de ella, y la llevaron a un lugar abierto, un recintro controlado pero abierto, un ámbito al que no estaba acostumbrada, donde la libertad era algo normal, pero ella sentía miedo, se apreciaba que no se sentía protegida.
Núnca había visto a un animal tan triste, asustadizo. Intentaba acercarme a ella, y ponía sus orejas en alerta, pero terminó dejandose acariciar, aún así su mirada era triste.
Salió al monte, después de casi un mes de intentarlo, le daban miedo los charcos, las piedras, en vez de trotar iba dando saltos...¡lo que podemos hacer con un animal...para bien y para mal!