17 ago 2007

Luis

Luis buscaba desesperadamente la aprobación de los demás, en este caso, de Lucía, tendía a la exclusividad en esta relación , él se ilusiona muchísimo exageradamente al principio; necesitaba un acceso constante hacía Lucía, la persona de la cual depende emocionalmente , confundiendo qué era amor, y acababa siempre haciendo lo que ella quería como único recurso para preservar la relación a toda costa. Un día consigo mismo, porque Luis se hablaba, y se conocía, se vio provocado por una sensación íntima de que a uno no lo valoran en profundidad, de que no lo aman y aceptan por lo que es , sino por lo que parece, sentía una terrible sensación de soledad que le hacía descender todavía más su autoestíma, con lo cual, paradójicamente la sensación de necesidad hacia ella se acrecentaba, convirtiendo su necesidad principal el afecto y el anhelo de preservarlo.


Se sentía especialmente triste aquella mañana...hizo un balance de sus tres relaciones, por un lado idealizaba a sus parejas pero se daba cuenta de que todas tenían unas característica especiales , no sabía por qué pero le atraían como un imán, eran ególatras, con gran seguridad en sí mismas, frías emocionalmente. Percibía que el narcisismo de éstas era la contrapartida de la baja autoestíma de él, y sabía que por eso se producía esta idealización y fascinación.


Un día, iba por la calle con un objeto que destacaba, era un corazón, se sentó en un parque, en un banco donde había una chica, a la chica le llamó la atención aquel corazón, y dirigiéndose a él le dijo: qué hacía con el corazón levitando, Luís intentó explicarle qué era un amor, claro un amor para él, y de nuevo no encontró que le entendieran... la chica poniendo cualquier excusa se fue... se sentía decepcionado y se daba cuenta de que su forma de amar, algo tenía que no era bien aceptada, y percibía su sufrimiento, sabía que no había conseguido la felicidad, y lo peor era qué sabía que nunca lo conseguiría, porque su existencia era una sucesión de desengaños. Sentía pánico a las rupturas, recordaba que cuando eso ocurría le llevaban a un episodio depresivo, cuando se sentía abandonado Luís se convertía en lo más parecido a un toxicómano en pleno síndrome de abstinencia, negaba constantemente lo que había ocurrido, y de nuevo se veía caer en lo mismo con Lucía, el necesitaba tiempo, en realidad se decía estamos hechos el uno para el otro.
Recordó la ruptura de pareja de su amigo, lo veía triste pero le decía, ahora debo guardar un período de duelo, tiempo en el que Roberto, su amigo, no demostraba muchas ganas de tener a otra persona, porque su pareja con la que había roto todavía ocupaba un lugar privilegiado, Luís no soportaba estar sólo, no conocía ese estado de apatía porque el tiempo que está sin pareja se caracterizaba por una extensa ansiedad que no le dejaba tranquilo. No se veía capaz de hacer planes ni a corto ni largo plazo sin incluir a Lucía