9 sept 2007

Diferencia de edad


DIFERENCIA DE EDAD
Escuchar tu interior, te ayuda a decidir


Claudia tiene 15 años más que su pareja, y para su familia es un error que quiera iniciar una vida con él. Llegó a casa de su abuela Sara. Había que dado para comer con ella y se dirigió al patio, donde sabía que la iba a encontrar.
-Hola Claudia, te estaba esperando – dijo su abuela lanzándole un beso al verla entrar.
-Ya mismo término y comemos. – vale, no tengo prisa – respondió al tiempo que tomaba asiento en uno de los sillones para observar a su abuela mientras trabajaba.
Claudia la adoraba. Ella estaba presente en los mejores recuerdos de su infancia y adolescencia, pero además el amor entrañable las unía, Claudia sentía por su abuela admiración y respeto, sin ninguna duda, era la mujer mas sensata e inteligente que había conocido y hoy necesitaba un buen consejo porque tenia que tomar una decisión muy importante y no se sentía segura, o mejor dicho, su entorno le provocaba inseguridad.
Después de dos años de relación con Javier, deseaba irse a vivir con él, pero todos estaban en contra, había entre ellos demasiada diferencia de edad.
Hasta el momento solo le hacían pequeñas insinuaciones, pero ahora empezaban a intervenir en serio, le aconsejaban que se lo pensara, que aquel paso podía ser un error.
Claudia, angustiada, lo habló con su abuela. Sara la escucho detenidamente y, finalmente, dijo: - quiero contarte algo. Cuando me prometí a tu abuelo, organizamos una fiesta y me hice un vestido maravilloso para la ocasión, lo había diseñado yo misma, era original y elegante , no le faltaba detalle alguno, me di cuenta de que era una prenda difícil de combinar, de encontrarle los zapatos exactos, lo que le haría lucir mucho más. Después de mucho pensar, conseguí imaginar cómo podían ser y ahí comenzó mi periodo de “buscar por todas las zapaterías el modelo adecuado” no había forma de encontrarlos. Cuando estaba a punto de abandonar mi búsqueda, un día por casualidad, los vi en un escaparate. Eran los zapatos ideales, aunque me estaban un poco justos, me los compré igualmente, estaban hechos a la medida de mi traje.
Llego el día esperado, y me vestí ilusionada. Después de una hora, y cuando aún no habían llegado los invitados, mis pies no podían aguantar más, evidentemente me quedaban pequeños.
-¿Qué hiciste entonces? Preguntó Claudia
- Al final, terminé poniéndome otros zapatos que, aunque no pegaban con mi vestido, eran los que me iban a permitir disfrutar de mi fiesta. Ese día aprendí algo muy importante: que los zapatos ideales son los que quedan bien a mi pie, no a mi vestido.
En la vida, lo mejor no es lo ideal, lo más hermoso o lo más admirado por los demás, sino lo que está hecho a tu medida.
Claudia mantuvo la mirada perdida. Sabía que su abuela ya le había contestado. Conocía a Javier, ella sentía que era la pareja ideal a su medida. La decisión ya estaba tomada.

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