Siempre exsite una escalera con un peldaño de más que te permite subir y ver más claras las cosas... hoy aprovecho a poner este escrito, es de alguien especial para mi, con su permiso lo pongo, y cómo no, el regalo de chus... me parece bastante objetivo...
No es fácil hacerse una idea de cómo es una persona que te está, por un razón u otra haciéndote daño. No es fácil porque si ya juzgar a otro entraña un alto riesgo de equivocarte, juzgar desde el dolor, hace que el riesgo de errar se dispare.
Es totalmente comprensible, y humano, hacernos una idea equivocada de cómo es el otro cuando sólo estamos viendo su peor parte. Como en la película de CRASH, a veces somos capaces de lo peor y de lo mejor en otras ocasiones, y quién somos en realidad es una mezcla de todos nuestros actos, y de las intenciones detrás de nuestros actos. Si sólo nos quedamos con una de las partes, y sólo pudiendo imaginar además la intención real tras el acto que nos daña, la imagen que tendremos de esa persona que nos hiere, por fuerza será parcial y distorsionada desde nuestra subjetividad, desde nuestro dolor.
Pero a veces tenemos la oportunidad de crecernos, de superar el daño y de acercarnos a esa persona desde otra perspectiva. Y descubrimos que ni los buenos lo eran tanto ni los malvados tampoco, que no fuimos los únicos en sufrir y que la idea que nos habíamos hecho coincidía sólo en parte con la realidad. Sí, nuestro dolor fue claramente real, pero también fue responsabilidad nuestra dar tanto poder a otra persona, porque sin ese poder no hubiera sido capaz nunca de dañarnos como lo hizo.
Por suerte, hoy estoy en la segunda etapa. En la que me doy cuenta de que me equivoqué en el juicio que hice, o que al menos sólo podía juzgar la parte oscura que se me mostraba, obviando todo el resto que desconocía. En una etapa en la que nos damos nuevas oportunidades para conocernos, para estar cerca, para desterrar el dolor y poner palabras a los nervios agarrados al estómago. Una etapa de perdón mutuo, de crecimiento personal, de dejar atrás lastre, temores, límites, barreras que hoy se van convirtiendo, con esfuerzo y ganas compartidas, en aire.
Y es curioso cómo se pueden encontrar cosas buenas en quien tanto daño había causado. Cómo es verdad que todos somos capaces de lo mejor y lo peor, según el momento, según las circunstancias. Cómo puede llegar el entendimiento donde menos lo habías pensado.
Y hay que disfrutarlo, disfrutarnos. Estoy aprendiendo a hacerlo...
Es totalmente comprensible, y humano, hacernos una idea equivocada de cómo es el otro cuando sólo estamos viendo su peor parte. Como en la película de CRASH, a veces somos capaces de lo peor y de lo mejor en otras ocasiones, y quién somos en realidad es una mezcla de todos nuestros actos, y de las intenciones detrás de nuestros actos. Si sólo nos quedamos con una de las partes, y sólo pudiendo imaginar además la intención real tras el acto que nos daña, la imagen que tendremos de esa persona que nos hiere, por fuerza será parcial y distorsionada desde nuestra subjetividad, desde nuestro dolor.
Pero a veces tenemos la oportunidad de crecernos, de superar el daño y de acercarnos a esa persona desde otra perspectiva. Y descubrimos que ni los buenos lo eran tanto ni los malvados tampoco, que no fuimos los únicos en sufrir y que la idea que nos habíamos hecho coincidía sólo en parte con la realidad. Sí, nuestro dolor fue claramente real, pero también fue responsabilidad nuestra dar tanto poder a otra persona, porque sin ese poder no hubiera sido capaz nunca de dañarnos como lo hizo.
Por suerte, hoy estoy en la segunda etapa. En la que me doy cuenta de que me equivoqué en el juicio que hice, o que al menos sólo podía juzgar la parte oscura que se me mostraba, obviando todo el resto que desconocía. En una etapa en la que nos damos nuevas oportunidades para conocernos, para estar cerca, para desterrar el dolor y poner palabras a los nervios agarrados al estómago. Una etapa de perdón mutuo, de crecimiento personal, de dejar atrás lastre, temores, límites, barreras que hoy se van convirtiendo, con esfuerzo y ganas compartidas, en aire.
Y es curioso cómo se pueden encontrar cosas buenas en quien tanto daño había causado. Cómo es verdad que todos somos capaces de lo mejor y lo peor, según el momento, según las circunstancias. Cómo puede llegar el entendimiento donde menos lo habías pensado.
Y hay que disfrutarlo, disfrutarnos. Estoy aprendiendo a hacerlo...
4 comentarios:
Es difícil ver desde otra perspectiva cuando te han hecho daño.
Habría que distinguir entre las personas que sin ser su intención nos dañan y los que son conscientes del daño que están haciendo...
No perdonar significa estar encadenado a quien nos ha hecho el daño, es bueno perdonar aunque eso no significa que desaparezca el dolor que nos causan, si el rencor.
Es cierto que a veces el daño va en función del poder que damos a esa persona, pero ¿eso les exculpa?.
Creo que no subiría ese peldaño que me permitiera ver las cosas mas claras, simplemente a quien es capaz de dañar conscientemente lo alejaría de mi vida.
Perdono pero no olvido.
en voz baja.
no se si es fácil o no perdonar...pero tengo una cosa clara..no hay peor sensación que no decir lo que se queda por decir..tb es cierto que siempre hay ese momento y que llega para decir "la última palabra" y por supuesto.. " y no hay mejor palabra que la que queda por decir"
Yo creo en el perdón y llamadme egoísta pq más que nada es x mi misma, me libera de esa sensación de injusticia, del mal rollo que te deja que te hagan daño de alguna forma, creo que es la mejor opción para poder "seguir caminando", en cuanto a olvidar, eso no, 1 experiencia, a veces x desgracia 1 muro que se levanta x miedo a que te vuelva a pasar lo mismo.
¿Última palabra? digas cuanto digas, siempre queda algo que se te ha olvidado; o lo que sea, decir.
Supongo que todos somos un poco “egoístas” en eso, perdonamos no solo para tranquilidad de quien nos daña, sino por la nuestra.. ¿no es un poco quitarle valor al hecho en si?, eso nos libera del rencor.
De todas formas, creo que si me quedara algo que decir, no podría cerrar capitulo hasta haberlo dicho.
Como vas a hacerlo si aun tienes cosas dentro que te dañaron? Se lo diría pero solo cuando el recuerdo de lo ocurrido no me afectara ya de igual modo y pudiera hablar sin resentimiento, porque cuando se habla con rabia no se es objetivo y posiblemente nuestras palabras tengan una gran carga de “rencor”.
De todas formas estoy yo pensando (hoy me toca ;-)) … a lo mejor el mayor castigo para quien ofende es que le lleguen a "perdonar y olvidar", si eso es sincero, si se consigue, es porque esa persona ya no tiene ningún valor en nuestra vida. ( o me he pasau de lista?)
en voz baja
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